Las personas cuando se relacionan con otras buscan su
aceptación social. La cual la consiguen, gracias a los motivos sociales,
definidos como aquellos procesos psicológicos que mueven a las personas, o las
impulsan, a pensar, sentir y actuar en una dirección determinada en situaciones
que implican a otras personas. Se puede decir que los motivos sociales es el
recurso fundamental del que disponen las personas para manejar las situaciones
sociales a las que se enfrentan a lo largo de sus vidas. Dentro de la
disciplina de la Psicología Social se han formulado distintas tipologías o
modelos, siendo los más importantes:
·
El modelo Fiske
·
El modelo de Kip Williams
·
El modelo de Levine y kerr
El modelo de Fiske
Introduce 5 motivos sociales centrales que incrementan la
integración de las personas en los grupos y, de esta forma, favorecen su
supervivencia física y psicológica.
·
Pertenencia. Lo
considera fundamental porque en torno a él se organizan los otros cuatro. Lo
define como la necesidad de relaciones fuertes y estables con otros. Considera
que además de incrementar la supervivencia individual, también beneficia al
grupo al aumentar la probabilidad de que los miembros cooperen y se involucren
en una acción coordinada.
·
Comprensión
·
Control
·
Potenciación
personal
·
Confianza
El modelo de Kip Williams
Su mayor aportación es el
estudio del ostracismo, también
denominado tratamiento silencioso, y
definido como la “exclusión consensuada de una persona de los privilegios
comunes o de la aceptación social”.
En su modelo de los motivos
sociales, Williams (2007), para explicar el modo en que las personas se
enfrentan a la amenaza de la exclusión social, del rechazo y, por supuesto,
también del ostracismo, postula, en la línea iniciada por Leary, Tambor, Terdal
y Downs (1995), que la persona intensifica su atención a pistas e indicios de
la situación social para calibrar su “valor relacional”, es decir, el grado en
que los demás valoran relacionarse con ella.
El modelo gira en torno a la
forma en que las personas se enfrentan a una valoración negativa. Las amenazas que
provienen de conductas interpersonales aversivas de otras personas producen una
especie de “batalla intrapsíquica” entre las necesidades fundamentales.
Cuando las necesidades
amenazadas son la pertenencia y la autoestima, la respuesta más probable
es “prosocial”, es decir,
afiliativa, tendente a reforzar los vínculos con los demás y la persona
intentará reorientar su conducta para conseguir aceptación; intentará en
términos de Williams, “incrementar su estatus inclusionario”, es decir, mejorar
su relación con los otros.
Las otras dos necesidades
fundamentales, según Williams, son el control
sobre el propio ambiente social y la “existencia
significativa”, que se refiere al hecho de que las personas necesitan que
los demás reconozcan su existencia y las tengan en cuenta. La amenaza de estas
dos últimas necesidades, al suponer para el individuo una pérdida de control
sobre las interacciones con otros y una sensación de “invisibilidad” o
insignificancia, tenderá a generar más reacciones antisociales, dado que este
tipo de actos consigue el control y atención de los demás.
El modelo de Levine y Kerr
Siguiendo el análisis de
Baumeister y Leary (1995), estos autores hacen hincapié en que la satisfacción
del motivo de pertenencia no exige sólo un vínculo positivo con otras personas
sino, además, que dicho vínculo sea de “elevada calidad y cantidad”. Señalan
también que son muchos los contextos en los que pueden darse estos vínculo; en
la familia y las relaciones íntimas, por supuesto, pero a la gente también le
preocupa su inclusión en grupos y relaciones interpersonales ocasionales, y
aquí estarían otros motivos aparte de la pertenencia, que estarían más
relacionados con “esfuerzos racionales para obtener metas individuales”
Aspectos a tener en cuenta en
relación con el motivo de pertenencia (Levine y Kerr, 2007) :
1. El
motivo se orienta tanto a evitar la exclusión como a buscar la inclusión en las
relaciones interpersonales
2. Su
manifestación o frustración van acompañados de fuertes respuestas emocionales y
cognitivas
3. Proporciona
energía y dirección a la conducta, lo que se traduce en que la persona
planifica su actuación para satisfacerlo
La fuerza del motivo de
pertenencia ha llevado al desarrollo de un sistema interno, denominado “sociómetro”,
de gran sensibilidad, que reacciona más ante la pérdida de aceptación que ante
su consecución, y que opera de manera automática e inconsciente afectando a la
autoestima (Leary y Baumeister, 2000).
Desde esta perspectiva
psicosocial, Levine y Kerr (2007) relacionan el motivo de pertenencia con la
búsqueda racional de metas individuales, en concreto, la autoestima positiva y la evitación
de la incertidumbre. Con respecto a la autoestima, la investigación ha
puesto de relieve que la inclusión en grupos y en relaciones interpersonales
sirve como indicador de que la persona disfruta de la estima de otras personas.
Y, como señalan Leary y Baumeister (2000), el nivel de autoestima de una
persona es una medida subjetiva de cuánto se la valora socialmente. Desde esta
perspectiva, cuanto más útiles sean las pertenencias grupales para obtener
evaluaciones sociales positivas, tanto desde dentro del grupo como desde fuera,
más importante será la inclusión/exclusión para la autoestima.
Otra forma de conseguir o
mantener una autoestima positiva es el autoensalzamiento, que consiste en
promover la evaluación positiva de uno mismo y que, en el plano individual,
depende de la comparación con otras personas. En el plano estrictamente grupal,
esas comparaciones se establecen entre el propio grupo y los otros grupos. Este
tipo de ensalzamiento grupal depende de que las personas permanezcan a grupos claramente
superiores a otros o, si esto no es posible, de que recurran a buscar
comparación en las dimensiones favorables para el propio grupo o a tratar de
superar a los otros grupos en los ámbitos en los que hasta entonces eran
inferiores a ello.
La comparación social cumple
también una importante función de reducción
de la incertidumbre. En ausencia de estándares objetivos, las personas
necesitan una evaluación de sus capacidades y opiniones, y una validación de su
visión de la realidad, y esto sólo se puede obtener por medio de la comparación
social. El objetivo de reducir la incertidumbre, equivalente al motivo de
comprensión de Fiske, es por tanto un motivo poderoso que, en la mayoría de los
casos, se puede satisfacer sólo por medio de la pertenencia grupal.
Bibliografía
Gaviriana, E., López, M., & I., C. (2013). Introducción
a la psicología social. Madrid: Sanz y Torres.
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