DEPRESIÓN: DIAGNÓSTICO
La depresión es un trastorno que tiene dificultades
diagnósticas. Para evitar cometer errores de falsos negativos
(infradiagnóstico) o de falsos positivos (sobrediagnóstico) hay que tener en
cuenta:
A)
Que una persona con
depresión es poco tendente a la comunicación. Por tanto, si se ha
utilizado la entrevista, hay que cerciorarse que el sujeto se ha encontrado
cómodo y ha hablado con fluidez de sus problemas. Se ha de indagar en la vida
del sujeto con el fin de localizar con precisión:
1)
el comienzo del problema y
2)
el tipo de acontecimientos que han podido
desencadenarlo.
Esto es
especialmente importante para discernir si hay un posible trastorno bipolar y
no una depresión. En el caso de que se suponga la posible existencia de una
manía previa se debe preguntar si hay casos familiares de trastorno bipolar y
cuánto tiempo duran las fluctuaciones de estado de ánimo.
También se debe
hacer hincapié en detectar si ha habido algún episodio depresivo previo en la
vida del sujeto, puesto que las repeticiones son un elemento más para juzgar la
gravedad del caso y planificar más adecuadamente el tratamiento.
B)
Que muchas personas
deprimidas están en circunstancias especiales, ya que pueden salir
de una enfermedad o estar sujetos a discapacidades permanentes; en estos casos
hay que hacer adaptaciones de los instrumentos o ampliar el equipo de evaluación
con personas competentes en el trastorno que nos ocupa. Es importante tener en
cuenta que muchos jóvenes con una capacidad mental límite, perciben por primera
vez su limitación y es frecuente que desarrollen una depresión. Normalmente este
tipo de personas pueden presentar, asociada a la depresión, irritabilidad, como
en el caso de los niños, y es necesario tenerlo en cuenta para no errar el
diagnóstico.
C)
Que tanto los
criterios como los instrumentos de evaluación de la depresión proporcionan
información sobre los síntomas y la intensidad de los mismos, pero con estos
datos no tenemos materia suficiente para elaborar un diagnóstico de depresión.
Hay que tener cuidado con los instrumentos elaborados antes de los 80, porque
enfatizan excesivamente los aspectos somáticos y pueden generar falsos
negativos.
D)
Que el evaluador ha
de recoger datos sobre cuestiones esenciales:
Duración
Repetición de episodios
Incapacitación para las actividades cotidianas
Atribución de su situación afectiva
E)
Que la fatiga,
inapetencia y desvinculación de intereses, síntomas típicos de la depresión,
pueden estar asociados con otras causas. Por tanto, no se debe
emitir un diagnóstico de depresión sin que el paciente haya pasado por una
revisión médica que descarte una base orgánica de esta sintomatología (anemia,
cáncer, tiroides, demencias...)
F)
Que dada la alta
comorbilidad de la depresión con la ansiedad hay que evaluar esta última para
no equivocar el diagnóstico.
G) Que no se puede tratar de depresión si hay un diagnóstico previo de
un trastorno como esquizofrenia, psicoticismo...ya que éstos
prevalecerían sobre la depresión.
H)
Que hay que
discriminar entre una depresión mayor y trastorno distímico ya que
sus síntomas son muy semejantes:
Comienzo del episodio
Duración
Persistencia
Severidad
La distimia es de menor intensidad y mayor duración, es
decir, tiene un carácter crónico; sin embargo, estos elementos son difíciles de
precisar dada la idiosincrasia del paciente deprimido y sus dificultades para
recordar y atender.
I)
Que la depresión
puede ser confundida con otros trastornos. En la siguiente tabla se presentan
los trastornos alternativos y la respectiva contrastación de cada uno de ellos.
TRASTORNOS
ALTERNATIVOS
|
CONTRASTACIÓN
|
Trastorno bipolar
|
Explorar trastornos de
manía previos.
|
Trastornos de ansiedad
|
Dada su comorbilidad
explorar cuál ha precedido a cuál
|
De reacción de duelo
|
Comprobar si han
transcurrido más de dos meses
|
Trastornos de adaptación
|
Localizar el episodio
estresante y duración
|
Trastornos de sueño
|
Comprobar si la fatiga
diurna se puede deber a la existencia de este trastorno
|
Trastornos esquizofrénicos
|
Comprobar si en el paciente
aparecen delirios o alucinaciones
|
Quejas somáticas
|
Comprobar que el
estado de ánimo no se funda en temores hipocondríacos
|
Demencia y pseudodemencia
|
Confirmar por
exploración neurológica y psicológica que no existe demencia
|
Trastornos sexuales
|
En la depresión se da
un descenso de la libido, pero con distintas características que la de un
trastorno sexual
|
Se debe empezar descartando las depresiones derivadas de
enfermedades físicas y también de trastornos psíquicos primarios como
esquizofrenia o trastorno bipolar.
Una vez establecido que se trata de un trastorno
depresivo, hay que determinar su tipo en función de la relación habida entre
los criterios y sus características.
Referencia bibliográfica
Carrasco, M. A., Ramírez, I., & Del Barrio, V.
(2013). Evaluación clínica. Diagnóstico, formulación y contrastación de los
trastornos psicológicos. Madrid: Sanz y Torres.
Centro de
Psicología María Jesús Suárez Duque
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