El concepto de apego fue
propuesto por Bowlby (1969). Este autor estudió desde una perspectiva etológica
la relación especial que se desarrolla entre el niño y su cuidador primario o
principal (generalmente la madre).
Se considera que el apego, y las conductas que de él se
derivan, cumplen una función adaptativa. Así mantener proximidad con el
cuidador primario aumenta las posibilidades de supervivencia del niño ante
peligros potenciales. Al mismo tiempo, el apego le permite desarrollar
conductas de exploración del medio con el aval de seguridad que confiere el
vínculo con el cuidador primario.
Atendiendo al tipo de interacción del cuidador-niño se
establecen diferentes estilos de apego.
De este modo, cuando el cuidador atiende solícitamente las necesidades físicas,
emocionales y psicológicas del niño, éste desarrolla un estilo de apego seguro que le lleva a
percibir a los otros como fuentes potenciales de atención y afecto. En cambio,
diferentes combinaciones de inconsistencia, frialdad afectiva y rechazo por
parte del cuidador generan diversos estilos de apego inseguro (p.ej., ansioso-ambivalente,
evitativo...), que hacen que el niño desarrolle un modelo de sí mismo y de los
otros en términos negativos.
Solo recientemente la teoría del apego se ha aplicado al
estudio de las relaciones entre adultos. Desde este ámbito, se considera que la
tendencia a la afiliación está regulada por modelos de trabajo de apego, que no son sino esquemas
cognitivo-afectivo-motivacionales que construye el individuo en base a su
experiencia, pasada y actual, de relaciones interpersonales (Berman y Sperling,1994).
Estos esquemas actuarían de filtro experiencial, determinando el grado de
seguridad-inseguridad de la persona en el establecimiento de relaciones
estrechas (de apego) con los otros.
Bibliografía
Fernández, E., García, B., Jiménez, M. P., Martín, M.
D., & Domínguez, F. J. (2011). Psicología de la Emoción. Madrid:
Universitaria Ramón Areces.
Comentarios
Publicar un comentario