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TRAUMA Y ESTRÉS Psicóloga María Jesús Suárez Duque TRAUMA Y ESTRÉS DESCUBRIR TUS INTENCIONES

 



 Descubre tus intenciones: visualización del mar

 

Esta es una visualización mindfulness que te ocupará alrededor de diez

minutos. No es necesario que seas especialmente hábil en visualización para

llevarla a cabo. La idea consiste en que lo intentes y veas qué ocurre. La

finalidad de la visualización es reflexionar sobre lo que esperas conseguir con

el aprendizaje y la práctica del mindfulness. 

1. Ponte cómodo. Adopta una posición relajada. Ponte cómodo en tu

 sofá o tu silla favorita. Si lo prefieres, puedes tumbarte. 

2. Piensa en una playa bonita y tranquila. Puede ser una en la que

hayas estado, puedes inventarla o puede tratarse de una combinación

de ambas. En este punto es posible que te invada la indecisión. «¿Qué

playa elijo? ¡Tiene que ser una playa perfecta!» Piensa en cualquier

playa bonita; lo importante no es que sea perfecta, sino que elijas una

y la mantengas durante todo el ejercicio.

3. Imagina que estás en esa playa, cerca del agua. Y que estás sentado

en una tumbona o en la arena, lo que prefieras.

4. Fíjate bien en lo que ves. Toma conciencia de todo lo que ves.

Observa el color del cielo. ¿Está despejado o nublado? El sol ¿está

saliendo o se está poniendo? ¿Ves bien el horizonte? ¿Qué ves en la

playa, en la distancia? ¿Está vacía o hay gente? ¿Hay palmeras u otros

árboles detrás de ti o a los lados del lugar donde te encuentras? ¿Ves

algún acantilado? Y ¿algún pájaro volando, cerca o lejos? No es

necesario que lo visualices todo perfectamente; solo tienes que

percibir lo que ves sin esforzarte demasiado.

5. Toma conciencia de los sonidos. ¿Oyes el sonido de las olas que

vienen y van? Tómate tu tiempo para escucharlo. Y ¿el sonido de la

brisa en los árboles, o los pájaros? Disfruta de los sonidos. Piensa si te

resulta más fácil ver o escuchar la experiencia en tu interior.

6. Percibe los olores. Es posible que seas capaz de oler el océano, o que

simplemente percibas el olor familiar de estar en la playa. ¿Qué

sientes al percibir ese olor? Concentra tu atención un momento en el

olor de tu experiencia.

7. Percibe el sabor que tengas en la boca. Por ejemplo, el sabor salado

del agua, o simplemente ningún sabor.

8. Toma conciencia de las sensaciones de tu cuerpo. ¿Cómo se siente

tu cuerpo físico mientras te encuentras sentado tranquilamente junto

al mar? ¿Relajado, tenso o en un punto intermedio? Percibe el leve

tacto de la brisa en el rostro, los brazos, las manos o los pies. ¿Es una

brisa cálida o fría?

9. Recoge una piedra. De pronto ves una piedra, que representa la

pregunta: «¿Qué espero conseguir del mindfulness?». Te haces esa

pregunta al tiempo que recoges la piedra. Mientras la sostienes en la

mano, vuelves a pensar en la pregunta sin forzar ninguna respuesta.

10. Lanza la piedra. Observa la piedra y el mar. Puedes lanzar la piedra

al agua, y lo haces. Puedes ver cómo se mueve lentamente. Se eleva y

va bajando hasta caer en el agua. La piedra provoca algunas ondas y

empieza a hundirse en el agua.

11. Puedes seguir la piedra y reflexionar a medida que se hunde. Ves

cómo se va hundiendo, lentamente, cada vez más, en el océano.

Cuanto más se hunde, más profundamente reflexionas dentro de tu

propio ser: «¿Qué espero conseguir del mindfulness?».

12. Reflexiona. A medida que la piedra se hunde más y más, tu reflexión

es más profunda: «¿Qué espero conseguir realmente, de verdad, con

la práctica del mindfulness?». No tienes que forzar ninguna respuesta;

puede ser una palabra, una frase, una imagen, un sentimiento o una

sensación. O nada en absoluto. Todo vale. Simplemente, trata de

reflexionar sobre la pregunta y acepta lo que ocurra, sea lo que sea.

Vuelve a centrar tu atención en la visualización cada vez que notes

que tu mente se dispersa (y percibe en qué estabas pensando).

13. Suelo marino. Finalmente, la piedra llega al suelo marino.

Visualízala y vuelve a reflexionar sobre tu experiencia.

14. Pon fin a la visualización gradualmente. Cuando estés listo, regresa

a la playa. Percibe el paisaje y déjalo atrás por ahora sabiendo que

puedes regresar allí siempre que quieras. Vuelve al mundo exterior

desde este mundo interior, aunque puedes llevarte contigo lo que

quiera que hayas aprendido.

 

CONSEJO Puedes utilizar este ejercicio como práctica diaria de

mindfulness. Si lo deseas, visualiza las imágenes y prescinde de

la parte de la reflexión.

 

 

Reflexión

 

Escribe tus sensaciones en cada una de las siguientes etapas. Recuerda

que no existen respuestas correctas o incorrectas; todas las experiencias

son válidas.

 

• Observar el mar

• Escuchar

• Percibir los olores

• Percibir el sabor

• Sentir el tacto (las sensaciones corporales)

• Lanzar la piedra al mar

• Reflexionar acerca de la pregunta «¿Qué espero conseguir de la práctica del mindfulness?»

• Cualquier otra reflexión sobre la experiencia en su conjunto

 

PROCESAR TU EXPERIENCIA CON LA VISUALIZACIÓN

 

La idea de esta visualización atenta consiste en ver si te ayuda a descubrir

algo más profundo en tu interior acerca de tu motivación para practicar

mindfulness. Es posible que descubras que deseas practicar mindfulness para

conseguir:

• Mayor claridad

• Una sensación de paz más profunda

• Más calma

• Más concentración

• Una sensación espiritual o religiosa más profunda

• Más placer por la vida

• Felicidad

 

No obstante, también podría no ser nada de eso.

No importa si no se te ocurre una razón ahora mismo. Con la práctica del

mindfulness, tus intenciones serán cada vez más claras. El mindfulness

consiste en aceptar el resultado de tus esfuerzos, no en enfrentarte a tu

experiencia en el momento presente. Por lo tanto, acércate a él con una

actitud alegre y con la mente abierta.

Si has descubierto tu intención más profunda para practicar mindfulness,

puedes buscar un objeto, una pintura o una foto que represente ese

descubrimiento. Por ejemplo, si deseas encontrar la calma mediante la

práctica del mindfulness, prueba a colocar una imagen de un lago

transparente y en calma, rodeado de hermosas montañas, en tu dormitorio.

Cada vez que veas la imagen recordarás tu intención más profunda. Algunas personas colocan fotos de sus seres queridos en su mesa de trabajo para acordarse de estar presentes también en esa faceta de sus vidas. Es una gran idea. Con el mindfulness es probable que descubras que acordarse de estar presente es la parte más complicada; cualquier recordatorio en este sentido supone una gran ayuda.

 

Bibliografía

Alidina, S. (s.f.). Vencer el estrés con Mindfulness. Paidós.


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