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¿CUÁLES SON LAS BASES DE LAS ACTITUDES?




Las actitudes son un constructo complejo, en el que pueden influir diferentes experiencias de la persona en relación a un objeto de actitud. Esas experiencias previas son una fuente de información que le sirven de base para evaluar dicho objeto.

Las actitudes pueden basarse en:

·         creencias y conocimientos (componente cognitivo)

·         emociones, sentimientos, estado de ánimo (componente afectivo), y

·         experiencias de comportamientos anteriores (componente conductual)

vinculados con el objeto actitudinal.

Estos tres tipos de componentes no están necesariamente separados ni necesariamente unidos en la valoración del objeto. Es difícil pensar que una persona con fuertes convicciones en contra de la pena de muerte (componente cognitivo) no se entristezca o se indigne cuando se ejecute a otro ser humano en alguno de los países en los que las leyes lo admiten (componente afectivo). No obstante, las actitudes pueden consistir en componentes únicamente cognitivo o afectivos, y no es necesario que la persona manifieste los tres tipos de componentes. Por ejemplo, una persona puede mantener la creencia de que comer pescado crudo es bueno para la salud, pero la falta de hábito de comerlo puede producir repugnancia la primera vez que le ofrecen este tipo de comida. En este caso la respuesta afectiva negativa podría llevar a no consumirlo.

El conjunto de las valoraciones que se hacen de un objeto constituye la evaluación final que hemos de la actitud.

La estructura que da origen a una determinada actitud es la integración de las evaluaciones basadas en uno, dos o tres de sus componentes. Las evaluaciones de cada uno de ellos pueden no coincidir. Cuando los elementos de uno de los componentes, o los componentes entre sí, no son consistentes en evaluación, las actitudes son ambivalentes.

No hay que confundir la actitud con los componentes en los que se basa. La actitud es un constructo psicológico no observable, de carácter evaluativo, que media entre un objeto y las respuestas que la persona da ante ese objeto. Aunque no se pueda observar directamente, se supone que esa valoración positiva o negativa de un objeto lleva aparejada una predisposición a responder de determinada manera hacia él. Es decir, llamamos actitud a una experiencia psicológica en relación con un objeto, que influye en las reacciones y conductas de la persona ante ese objeto. Por esta razón, las actitudes se infieren a partir de su expresión en forma de respuestas que se dan al objeto de actitud. Estas respuestas pueden ser de tres tipos: cognitivas, afectivas y conductuales.

Bibliografía

Gaviria, E., López, M., & I., C. (2013). Introducción a la psicología social. Madrid: Sanz y Torres.

María Jesús Suárez Duque

Psicóloga y Educadora Social

Centro Beatriz. Apoyo Emocional, Educativo e Integración social.

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