Decodificación de los símbolos de la
página para transformarlos en palabras que se pronuncian
La decodificación,
es el proceso mediante el que traducimos símbolos gráficos a sonidos. Un
ejemplo de decodificación sería leer en voz alta palabras como: perro, mesa,
saltar.
Habilidades de identificación
de palabras: Hace referencia a decodificar palabras comunes, las empleadas con
frecuencia, las que se encuentran comúnmente en los textos.
Habilidades de abordaje de
palabras: Hace referencia a decodificar no palabras (o pseudopalabras). Las
pseudopalabras se pueden pronunciar basándose en reglas no fonéticas, pese a
que no se trate de palabras reales. Por ejemplo, dada una lista de palabras
como campfe, sobretfa, saotl. Lo normal es que para leerlas utilicemos
distintas estrategias de pronunciación cometiendo varios errores. Algunas de
las estrategias posibles son pronunciar cada letra por separado y mezclarlas,
buscando una palabra real que sea semejante a la palabra sin sentido.
Pruebas
para saber si un niño es competente en la decodificación:
1) Pedir
que traduzcan palabras impresas a sonido (o sea, habilidad de identificación de
palabras)
2) Pedir
que traduzcan pseudopalabras (o sea, habilidad de abordaje de palabras)
La precisión decodificadora se mide contando el número de veces que el
niño emite el sonido correcto.
La velocidad de decodificación (también denominada eficiencia) se mide
contando el número de palabras
correctamente decodificadas por minuto.
Para alcanzar un nivel alto en
competencia ambas variables han de ser elevadas.
Por otra parte, la
decodificación es un proceso bastante limitado ya que supone ser capaz de
pronunciar (o nombrar) las palabras impresas y no ser capaz de explicar lo que
significan.
¿Cómo enseñar la codificación?
Existe un debate sobre el
enfoque que debe usarse para la enseñanza de la lectura:
Método
fónico (o énfasis en el código): Implica enseñar a ser capaces de
producir sonidos para letras o grupos de letras.
Método
de la palabra completa: Implica enseñar a leer con la vista las
palabras; es decir, a ser capaces de pronunciar una palabra completa como una
unidad. P. ej., en un programa de iniciación a la lectura, instruir unos pocos
cientos de palabras, y a lo largo del tiempo se añaden sistemáticamente
palabras nuevas. Pone énfasis en el significado donde la determinación del
significado de la palabra es uno de los principales objetivos. Se trata de una
alternativa al enfoque fónico, que destaca el desarrollo de la capacidad
lingüística general del niño e integrar el habla, audición y escritura mediante
el empleo de textos reales.
Desde 1990 ha evolucionado la
alternativa del enfoque integral:
los alumnos aprenden mejor en un medio rico en lenguaje que incluye lectura
significativa, escritura, habla y audición. Aunque el debate continúa.
Resultados
de revisiones del National Reading Panel:
1) La
instrucción fónica sistemática ayuda a aprender mejor que las demás formas de
instrucción, incluyendo el enfoque de lenguaje integral.
2)
El tamaño del efecto (puntuación media grupo
control – puntuación media grupo tratamiento/ desviación típica de ambos
grupos.

Se considera que valores inferiores a 0.2 indican un efecto de
pequeño tamaño, 0.5 de magnitud media y 0.8 indica un efecto de alta magnitud)
sobre la decodificación de palabras comunes es mayor cuando la instrucción
fónica se realiza en la Educación Infantil o en 1º de Primaria que de 2º a 6º
mostrando el mismo patrón con pseudopalabras
Los efectos positivos de la instrucción fónica son intensos en
comparación con cualquier otro método pudiendo considerarse como un programa
inicial de acceso a la lectura que ayuda a los niños a desarrollar una habilidad
competente importante para la lectura (la decodificación de palabras). Sin
embargo, a pesar de haberse demostrado que la instrucción fónica es un paso
importante en la adquisición de la lectura, Ehri y cols. (2001) afirman que
debe combinarse con otros componentes instruccionales esenciales para crear un
programa completo y equilibrado.
En resumen, existe una sólida fundamentación científica de que las
habilidades de decodificación pueden mejorarse mediante instrucción fónica
sistemática.
Bibliografía
Mayer, R. E. (2010). Aprendizaje e instrucción.
Madrid: Alianza Editorial.
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