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RECONOCIMIENTO DE FONEMAS




Se trata de reconocer como unidades de sonido diferentes los distintos fonemas que constituyen las palabras. Los buenos lectores son capaces de diferenciarlos, los malos no.


La conciencia fonológica hace referencia a la capacidad de reconocer que las palabras están formadas por sonidos que las componen, lo que incluye la capacidad de oír y producir fonemas. Por ejemplo, si se pide a un niño que rodee con un círculo la palabra que no corresponda en el grupo de palabras: libro, abro, prado. Donde la unidad de sonido (o fonema) común a las dos palabras es /bro/, por tanto, la respuesta correcta es prado.

La conciencia fonológica se refiere:

1)    Al proceso de descomponer la palabra hablada en las unidades de sonido que la componen. P. ej., ser capaz de discriminar los sonidos /s/ /a/ /l/ cuando se pronuncia la palabra “sal”

2)    Al proceso de producir y mezclar las unidades de sonido para formar palabras habladas, es decir, ser capaz de producir y mezclar los sonidos /s/ /a/ /l/ para pronunciar la palabra “sal”.

Los sonidos del habla penetran en los oídos en forma de flujo continuo. La separación aparente que oímos se basa en nuestro procesamiento cognitivo y no en las palabras acústicas de la emisión. La capacidad de segmentar un flujo continuo en unidades discretas requiere un aprendizaje por parte del que escucha.

Test de conciencia fonológica (Griffin y Gough, 1986)

Tarea
Lo que dice el experimentador
Lo que dice el niño
Segmentación
Di “no”, ¿Cuáles son los dos sonidos de “no”?
/n/ /o/
Mezcla
Di /p/ /e/ /r/ /r/ /o/, ¿Qué palabra es /p/ /e/ /r/ /r/ /o/?
“perro”
Eliminación del primer fonema
Di “sol”, ahora di “sol” sin la /s/
“ol”
Eliminación del último fonema
Di “gato”, ahora di “gato” sin la /o/
“gat”
Sustitución del primer fonema
Di “bola”, en vez de la /b/ empieza la palabra con la /c/
“cola”
Sustitución del último fonema
Di “barco”, en vez de la /o/, termina la palabra con la /a/
“barca”



Hipótesis de la conciencia fonológica:

La conciencia fonológica es el requisito para aprender a leer de modo que, los carentes de habilidades de conciencia fonológica probablemente tendrán problemas para aprender a leer.

Esta hipótesis ha sido puesta a prueba con gran rigor (Adams, 1990; Ehri, 1991; Rieben y Perfetti, 1991; Wagner y Torgesen, 1987).

Si la hipótesis es correcta, enseñar a los alumnos a reconocer los fonemas mejorará su capacidad para aprender a leer.

Según Juel y cols. (1986) es necesario realizar un entrenamiento de la conciencia fonémica oral para los niños que ingresan en la Enseñanza Primaria y tienen una conciencia fonémica baja ya que, de no ser así, pueden presentar problemas de aprendizaje de la lectura y de la escritura.

Stanovich (1986) ha mostrado que los profesores pueden desencadenar “una secuencia causal de efectos colaterales crecientemente negativo si no proporcionan instrucción en conciencia fonológica a los alumnos de lectura con malas habilidades fonológicas”. Los efectos negativos comienzan cuando los alumnos con malas habilidades fonológicas se encuentran con más dificultades para aprender a leer palabras, quedando limitada en consecuencia la cantidad de texto a la que son expuestos, lo que, a su vez, reduce la posibilidad de que se desarrolle la automatización de la decodificación. Si se carece de las habilidades de decodificación automáticas, los alumnos se ven obligados a prestar atención al proceso de decodificación, en lugar de prestar atención al significado de lo que está leyendo. La consecuencia de esto es un vocabulario y unos conocimientos menores que los que adquieren los lectores más hábiles.

La conciencia fonológica no se desarrolla en algunos niños de modo natural. No obstante, de los datos procedentes de investigaciones se concluye que “la investigación realizada en la actualidad proporciona pruebas claras de que el entrenamiento de la conciencia fonológica funciona” (Spector, 1995). En este sentido, es recomendable enseñar a los alumnos tanto a segmentar (o sea, analizar los sonidos constituyentes de las palabras) como a mezclar (o sea, combinar los sonidos constituyentes de las palabras) además de proporcionar instrucción sobre las relaciones letra-sonido.

En una revisión de 52 investigadores publicadas, Ehri y cols, (2001) encontraron pruebas sólidas y consistentes de que un entrenamiento de la conciencia fonológica de 5 a 18 horas es capaz de mejorar el rendimiento de los niños en los test de conciencia fonológica y, lo que es más importante, en la lectura de palabras y en la comprensión lectora. En conjunto, las pruebas indican que la conciencia fonológica es “una habilidad esencial para llegar a ser un lector competente” (Brachman, 2000). Sin embargo, se trata sólo del primer paso, el paso siguiente parece ser el desarrollo de los procesos cognitivos necesarios para decodificar palabras. En consecuencia, la conciencia fonológica es una condición importante pero no suficiente para aprender a leer.

Bibliografía

Mayer, R. E. (2010). Aprendizaje e instrucción. Madrid: Alianza Editorial.



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