Medidas organizativas para los niños con TDAH
• Diseño y puesta en práctica de un clima de aula estructurado, claro y
seguro.
• Conocimiento
del trastorno del niño y del trato que precisa como tal.
• La aplicación de las medidas y adaptación de materiales. Mediante la anticipación de las
actividades, el uso, y a través de instrucciones sencillas y claras.
• Prever las ayudas personales a las que recurrir en caso de que sea necesario. Sesiones psicológicas cuando sea
necesario.
• Organizar
la jornada diaria favoreciendo la integración y rendimiento del niño
• Ubicación de estos niños en un grupo no excesivamente numeroso, tranquilo,
estable, estructurado y fácilmente predecible
- Establecer una regulación de los recorridos habituales (buscar la mejor ubicación
de los materiales del aula, la papelera...).
- Evitar
lugares de paso, ruido, cerca de la ventana o de la papelera...
- Situar a este alumno o alumna cerca de la profesora.
- Controlar
estímulos visuales y sonoros.
- Establecer en el aula, de forma explícita y pública, pocas normas,
claras, utilizando claves para su mejor comprensión expresadas en
términos
positivos, es decir, el comportamiento adaptativo deseado
(por ejemplo, es más eficaz indicar “permanecer sentado” en vez de “no
levantarse”) así como consecuencias consensuadas y aceptadas. Mostrarse firme
en el cumplimiento de las reglas, evitando las amenazas.
- Regular
mediante normas el uso del material común y personal.
- Asignar
alguna responsabilidad a estos niños en el aula y establecer “cargos”de
forma rotativa.
- Concretar
los procedimientos de ayuda mutua entre compañeros y compañeras (tutoría de
alumnos y alumnas, ayuda entre iguales).
- Manifestar
expectativas positivas, actitudes respetuosas; potenciando la autoestima y
la vinculación afectiva al grupo clase.
- Observar
los momentos de mayor rendimiento de estos niños y estructurar las tareas
en función de los mismos
- Combinar
diferentes formas de agrupamiento en función de la motivación y de la
respuesta de éste a las diferentes actividades.
- Proponer tareas estructuradas, cortas (10-15 minutos), bien secuenciadas, explicitando
los pasos a seguir, asegurando el éxito en las actividades proporcionando las
ayudas verbales, manipulativas, visuales necesarias y evitando los errores.
- El material
de aprendizaje deberá ser altamente estimulante, ya sea por su formato,
color... aunque sin exceso de estímulos que no sean relevantes para la tarea.
- Identificar el tiempo medio que suele trabajar sin distraerse y supervisar con
frecuencia el trabajo para orientarlo.
- Ayudar
a estos niños que verbalice sus acciones para facilitar las funciones ejecutivas.
- Emplear calendarios y agendas sencillas que
permitan estructurar las tareas, la jornada escolar o rutinas... Diseñar una hoja de registro positiva para anotar los
progresos del niño.
- Utilizar
diferentes tipos de refuerzo contingente a la conducta, si es posible, alternativa
e incompatible con la inadecuada. Se debe reforzar todas las conductas de
mantenimiento de la atención sobre el material de aprendizaje. Puede ser útil
algún programa de economía de
fichas individual y grupal
también. Así como enseñarle a autorreforzarse. Es útil utilizar cronómetros
para controlar los tiempos de concentración y descanso.
Para los alumnos y alumnas más pequeños el
tiempo mínimo de rendimiento conllevaría la administración de reforzamiento inmediato
(una ficha). Los tiempos mínimos deberán aumentarse según avance el programa y
dependiendo de la edad del alumno o alumna.
- Proporcionar
biofeedback respecto su comportamiento para que sea consciente de sus
acciones.
- Establecer
en el aula alguna zona para relajarse, dedicando algunos minutos cada día
para esta actividad
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