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ACTUACIÓN EN EL CENTRO BEATRIZ CON NIÑOS CON TRASTORNO NEGATIVISTA DESAFIANTE Y TRASTORNO DE CONDUCTA




Medidas organizativas para el alumnado con trastorno negativo desafiante y trastorno de conducta

En general, todo lo expuesto para los niños con TDAH conviene igualmente para el alumnado con trastorno de conducta y trastorno negativista desafiante.

Estrategias de gestión de aula para favorecer un adecuado clima social, basado en un sistema de disciplina participativa:

a)    Flujo y Continuidad

 No dejar que un comportamiento interrumpa la lección o el trabajo, intentando gestionar la mala conducta y al mismo tiempo, seguir impartiendo

la clase. Algunos ejemplos que pueden ser utilizados es mirar la persona a los ojos, comunicar una clave, resolver los conflictos a un nivel bajo, indicar con la mano, mantener contacto físico, estar más cerca...

b)   Atención

 Poner atención y alabar ante la clase completa, conductas positivas o comportamientos y actitudes que queremos se repitan.

c)    Proactividad

Resolución de problemas en niveles bajos (en privado, voz baja, cerca del alumno, antes o después de la clase).

d)   Progresión

Construir un sistema de gestión del comportamiento usando claves no-verbales para la atención grupal (como pudiera ser elevar las manos),

informar sobre la conducta esperada, siendo un modelo de relaciones (como el aproximarse a los alumnos y alumnas, hablar bajo)...

e)     Prevención

Pensar acerca de lo que puede suceder en clase y estar preparado o preparada.

f)      Reaccionar y moldear

Hablar con el alumno o alumna después de la clase y llegar a acuerdos de qué hacer en la siguiente sesión, conversar sobre los posibles comportamientos alternativos o informar sobre la relación reacción/consecuencia de parte de la profesora si la conducta negativa continua.

g)   Matching

Ajustándose, asegurarse de que las propias reacciones parezcan razonables frente al comportamiento problemático. Es importante no escalar

en el conflicto y si este fuese intenso al principio, bajar el nivel, sonreír, agradecer y mirar a los ojos.

h)   Sincronización

Abordar el comportamiento problema tan pronto como sea posible.

i)     Momentum

Asegurarse de organizar las actividades y las instrucciones en secuencias sucesivas y naturales. Cuando las actividades no siguen un orden natural,

la pérdida de control es más fácil que ocurra, por distracción, falta de condiciones...

j)     Anclar y proyectar

Este paso consiste en organizar el tiempo para “anclar” y proyectar la próxima lección cuando se está terminando una sesión. Para los estudiantes

es importante saber lo que se ha hecho y lo que se ha aprendido, que estuvo bien y qué se aprenderá la próxima lección.

k)    Rompiendo Moldes

Analizar los patrones de comportamiento del alumnado o entre el profesorado y éste y hacer algo fuera de lo normal o esperado.

j)      Recordando

Escribir todos los mensajes en la pizarra.



Otras estrategias que se utilizan en el Centro Beatriz

     - Centrarse en las conductas, no en características personales.

- Dirigirse al alumnado por su nombre.

- No usar gestos, palabras o tonos de voz despectivas.

- Mirar al alumno o alumna, usar gestos adecuados, aproximarse a él.

- Informar de cuál es la conducta esperada.

- Apercibir en privado (o en voz baja, con una mirada, cerca del alumno o alumna) y alabar las conductas adecuadas.

- Prestar atención a conductas positivas alternativas.

- Prestar atención al alumnado cuando está trabajando, facilitar ayuda cuando la necesite, y llegar a acuerdos de trabajo y/o conducta con ellos y ellas.

- Usar alguna cualidad positiva del alumno o alumna como referencia común en el aula.

- Informar de las consecuencias que se derivan si la conducta negativa persiste. Ser firmes y consistentes en la aplicación de las medidas disciplinarias, informar a este alumnado y tener la seguridad de que ha entendido las consecuencias de su comportamiento.

- Hablar bien del alumno o la alumna en presencia de otros adultos o compañeros.

- Saludar y mostrar reconocimiento cuando nos encontremos al alumno o alumna fuera del aula.

- Capacidad para ponerse en el lugar de este alumnado y de negociar, según el tipo de conducta y siempre que no se produzcan situaciones de violencia o acoso en cualquier de sus modalidades.

- Es muy poco recomendable entrar en confrontación directa con el alumno o la alumna. En ocasiones, su intención es hacernos perder el control y despistarnos de la tarea que pretendíamos que hiciese. Si esta situación, aparece es mejor contar un tiempo-fuera tanto para el profesorado como para el alumnado. Es mejor recuperar el control y no dejar ver cuáles son nuestras debilidades (nerviosismo, pérdidas de control, amenazas) en la interacción con los menores. De ninguna forma, esto supone que debamos dejarle hacer su voluntad, más aún nuestra propuesta es la de crear un ambiente altamente estructurado en donde este alumnado sepa qué debe hacer en cada situación. Ante pautas consistentes de educación, éste suele reducir los intentos de generar enfrentamiento.

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