En el Centro Beatriz para evitar la indefensión aprendida,
la intervención educativa se realiza siguiendo la propuesta de Seligman (1975)
desde la acción preventiva y la intervención paliativa
a) Como
acción preventiva, lo que Seligman denomina inmunización conductual, es decir, propiciar situaciones de éxito a los niños, desarrollar su autoestima y
su sentido de autoeficacia.
b)
Como intervención
paliativa, si el problema central es la ausencia de expectativas de
éxito y la predisposición de que la acción personal no sirve para cambiar la
realidad, la solución consistirá en cambiar esas expectativas.
Por ejemplo, en caso de un menor desmotivado por el
aprendizaje, se le puede ayudar poniéndole unos objetivos alcanzables para
hacerle ver que el esfuerzo sirve para algo, e ir elevando esos objetivos
progresivamente garantizando siempre un elevado índice de probabilidad de éxito
Dada la complejidad que conlleva la
intervención para prevenir o paliar la indefensión aprendida, es importante que
los padres tomen conciencia de que los niños que se encuentran en situación de
bajo rendimiento escolar o con problemas de aprendizaje en alguna o algunas
asignaturas (matemáticas, lengua...) necesitan apoyo escolar en los meses de
verano por diversas razones:
1)
Si los niños se encuentran en un estado de
indefensión aprendida, probablemente no muestren interés por la escuela ni por el
aprendizaje al inicio del nuevo curso. Esta situación puede derivar bien en comportamientos
desadaptativos y/o disruptivos en el aula y el colegio; o bien, en apatía y
desinterés por todo lo relativo al aprendizaje y la escuela.
2)
Si los niños comienzan el curso con alguna
asignatura no superada o superada “por los pelos” (especialmente si se trata de
alguna de las asignaturas continuas como matemáticas, lengua, inglés, alemán,
francés...) no disponen de conocimientos previos en los que ir integrando los
conocimientos nuevos. Esta situación les llevará probablemente a las primeros experiencias
en sentimientos de incapacidad, falta de autoeficacia, sentirse menos
inteligentes que sus compañeros, baja autoestima...
3)
Si los niños muestran dificultad en la lectura,
lectoescritura, comprensión lectora y en matemáticas y no disponen del apoyo
continuo que requieren para paliar o eliminar estos déficits a tiempo,
probablemente, tendrá consecuencias negativas tanto a nivel escolar, personal,
social como laboral. En definitiva, sus diferencias de partida respecto a las de
otros niños no serán subsanadas prevaleciendo a lo largo de su desarrollo y por
ende, continuarán en la vida adulta ya que estas diferencias conllevan
consecuencias en el desarrollo personal, psicológico y social del individuo y
por tanto, en su salud.
En definitiva, el apoyo escolar es importante en estos casos porque una
vez iniciado el curso, aunque los niños acudan a clases de apoyo escolar, es
muy difícil ayudar al niño a seguir el ritmo de la escuela a la vez que se
atienden sus necesidades específicas de aprendizaje. Por ejemplo, un niño de 3º
de primaria que aprueba matemáticas con un 5,75 porque domina la suma, la
resta, la multiplicación y división, pero no ha logrado dominar la realización
de problemas matemáticos sobre estas operaciones, presenta un déficit
importante para avanzar con éxito en 4º de primaria. Si el niño acude a clases
de apoyo en verano durante una hora diaria, el niño podría superar dicha
deficiencia de comprensión.
María Jesús Suárez
Duque
Psicóloga y Educadora
Social
Centro Beatriz. Apoyo
Emocional, Educativo e Integración Social
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