Objetivos
·
Lograr que el niño memorice visualmente el mayor número de palabras
·
Lograr que
mejore invirtiendo el menor tiempo posible
·
Lograr que
le permita ver que progresa
Método
Trabajaremos
mediante la repetición escrita de aquellas palabras que el niño desconoce
evitando hacer dictados de frases al azar (que implicarían derrochar tiempo en
aquellas palabras que el niño sí domina) y con la utilización de dibujos de
apoyo.
Primer paso: localizar una lista de
palabras frecuentes en las que el niño comete errores o sobre las que tiene
dudas.
Podemos dictar al niño palabras que aparecen en sus libros de texto y
sobre la marcha pedirle que repita 2 veces aquellas que no supo escribir y
anotarlas en una lista aparte como objetivo de trabajo. Podemos comenzar a trabajar cuando
contemos con unas 25 palabras con error o duda. A esta lista de palabras base
le añadiremos aquellas faltas que aparecen en los dictados, ejercicios o exámenes
de clase durante la evaluación.
Segundo paso: dedicar un tiempo a la
semana a dictar palabras o frases compuestas con las palabras de esa lista
base.
La dedicación depende de la edad del niño, la gravedad de
los problemas ortográficos y el tiempo que tengamos durante la semana.
Para niños hasta 5º de primaria (12 años) es recomendable que se
dedique un tiempo al dictado de frases
compuestas con palabras de la lista. Por ejemplo: 3 días a la semana
haremos un dictado con tantas frases como grado escolar esté cursando el niño:
¿Qué está en 2º de
primaria?
Pues, el dictado tendrá 2 frases y el
niño tendrá que repetir 2 veces las palabras que escribió con faltas. En la
siguiente sesión, se incluirán en el dictado las palabras en las que tuvo error
en la ocasión anterior.
¿Está en 3º de primaria? El dictado tendrá 3 frases y las faltas se repetirán 3 veces. Durante el
entrenamiento no daremos importancia a la mala letra y utilizaremos cualquier
medio que al niño le resulte más llevadero: pizarra digital, rotuladores
especiales...
Para los mayores, con menos tiempo para
dedicar a la ortografía y más reacios a hacer dictados podremos utilizar el dictado de palabras sueltas. Tomaremos
la lista del primer nivel e iremos dictándole las palabras (por ejemplo, 20 en
cada sesión) haciéndole escribir 2 veces
las palabras en las que falló y señalándolas en el listado. Comenzaremos cada
sesión dictándoles las palabras que erró en sesiones anteriores y añadiendo
otras nuevas. ¿Qué llegan los exámenes? Paramos el entrenamiento y lo dejamos
para más adelante.
La ventaja de trabajar sobre un listado de palabras concreto
es que no se pierde tiempo y que puede retomarse en cualquier momento en el
punto en el que se dejó.
Tercer paso: utilizar dibujos de
apoyo.
Manuel Sanjuán tiene
una larga trayectoria en la reeducación de la disortografía y ha ideado un
método basado en la utilización de dibujos que asocian el significado de la
palabra con la letra que el niño debe memorizar.
Hay que tener en cuenta
que no existen faltas de ortografía de 3º de primaria, ni de 6º ni de 1º de la
ESO, existen palabras que el niño no sabe escribir y palabras que sí conoce.
Por lo tanto, es más eficaz trabajar sobre listas de palabras.
Otro material atractivo son las barajas de cartas con
dibujos. Es sorprendente la facilidad con la que memorizan las imágenes e
incluso a ellos les sorprende cómo las recuerdan una semana después sin haber
hecho ningún esfuerzo especial para memorizarlas.
Podemos animar a los
chicos a inventar algún dibujo que les ayude a digerir aquellas palabras que
más se les atragantan y utilizar esta técnica para que los niños de 6 años que
empiezan a escribir adquieran la ortografía con más facilidad.
Cuarto paso: reevaluar la ortografía
de las palabras entrenadas para que el niño vea que progresa.
Los niños tienen la sensación de que no mejoran en
ortografía, que es un problema que nunca llegarán a superar. ¿Cómo saber
escribir bien si hay tantas palabras como estrellas en el cielo? Para que no
desfallezcan en el entrenamiento y contemos con su colaboración durante el
tiempo necesario para obtener mejoras, necesitamos que vean cómo progresan. Por
suerte, trabajando con un sistema cerrado de palabras, es muy sencillo. Bastará
con volver a dictarles las palabras en las que antes cometía faltas o volver a
repetir aquel dictado desastroso que realizó hace un mes.
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