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Psicóloga Maria Jesus Suarez Duque TERAPIA COGNITIVA : Terapia de pareja cognitivo conductu





Una vez finalizada la evaluación inicial y definido los problemas existentes y las conductas envueltas en ellos, se establece el programa de tratamiento seleccionando las técnicas específicas que permiten el cambio.

Estrategias generales que se siguen dependiendo de los objetivos:


Para conseguir este objetivo:

a)    Se enseñan los fundamentos de la modificación de conducta, aprendiendo como una conducta responde a sus consecuencias, como extinguir y fomentar conductas... (Costa y Serrat, 1982)

b)    Se utilizan y enseñan técnicas para realizar contratos, los cuales tienen que ser libres, sin imposiciones por ninguna parte, utilizando términos claros y explícitos, sin margen a las interpretaciones, que contengan ventajas para ambos. Hay que tener en cuenta que las conductas incluidas en el contrato tienen que estar ya incorporadas en el repertorio comportamental del que tiene que hacerlas (Costa y Serrat, 1982).

c)    Se emplean una serie de técnicas y juegos que propician el intercambio de conductas positivas, entre ellas se citan:

·         Pillar a su pareja haciendo algo agradable, y hacérselo saber

·         Tener una lista con deseos que el otro puede ir haciendo

·         Observar la conducta agradable de la pareja para evitar la atención selectiva

·         Recordar los lugares, fechas, canciones...que han sido símbolos de las cosas que han unido a la pareja


Se plantea un tratamiento escalonado y adaptado a cada pareja, que comienza con el entrenamiento en las habilidades necesarias para mantener una conversación, se sigue con las precisas para expresar deseos y sentimientos y finalmente se entra en las específicas de resolución de problemas.

a)    Entrenamiento en habilidades de comunicación

Aprender cómo hacer preguntas, dar información gratuita adicional, escuchar, llevar una conversación lo que implica: cambiar de tema, tomar la palabra, pasar la palabra y cerrar la conversación; todo basado en un lenguaje específico en el que los términos que se emplean se tienen que referir a elementos observables y cuantificables, oportunos y convenientes, centrándose en una información positiva, tanto verbal como no verbal (Costa y Serrat, 1982).

Enseñar la escucha activa, para la que hay que tener en cuenta la postura y contacto visual, el tono adecuado, se tiene que animar al otro a hablar utilizando gestos y tono adecuado, evitar juicios de valor y utilizar de forma exhaustiva la empatía (Cáceres, 1996).

b)   Incrementar las habilidades necesarias para la expresión de deseos y sentimientos, tanto de agrado como de desagrado, para realizarlo de tal manera que no se haga daño al otro y se sea constructivo.

Se enseña a manejar la ira de forma positiva, de tal manera que se eliminen tanto los ciclos en los que la mujer da respuestas hostiles mientras que el hombre se retira, como aquellos otros episodios de violencia o ira que asaltan de forma inesperada. Se actúa así contra la crítica como medio de solucionar nada, contra la actitud defensiva, practicando la escucha y la expresión de sentimientos, para proceder contra el desprecio y la falta de escucha.

c)    Entrenamiento en resolución de problemas

Cuando se poseen las dos habilidades anteriores, se afronta el entrenamiento en resolución de problemas propiamente dicho.

El primer punto es construir la ocasión propicia y evitar las discusiones en lugares y tiempos que no permiten la comunicación sosegada.

Después se trata de definir el problema comenzando por algo positivo, siendo específico, expresando los sentimientos y admitiendo el papel que se tiene en el problema. Todo de forma breve y dejando claro, en esta fase de enunciado, que no se quiere solucionarlo sino solamente plantearlo.

Después es el momento de centrarse en las soluciones pidiendo al otro el cambio de conducta que resolvería el problema, recordando siempre que tiene que incluir reciprocidad y compromiso y con consecuencias positivas para ambos junto con elementos de seguimiento que recuerden el acuerdo alcanzado (Costa y Serrat, 1982).

 Para cuando no se tiene la solución clara se enseñan técnicas como la tormenta de ideas en la que con una colaboración incondicional entre los dos se generan posibilidades de solución sin sentido crítico y solo más tarde se evalúa su posibilidad.


En la terapia cognitivo conductual; cuando intervienen componentes cognitivos distorsionados, se trata detectar y reestructurar las atribuciones, expectativas, creencias irracionales...; se procede a modificarlas, eliminando atribuciones a motivos o intenciones ocultos, moderando o cambiando las expectativas, los estándares aprendidos en las familias de origen o por ideas preconcebidas, para adaptarlos a las posibilidades de la pareja, atacando las ideas irracionales ... Las propias explicaciones y atribuciones que se dan a los conflictos pueden ser también una fuente de ajuste o desajuste matrimonial.

Las técnicas que se emplean son:

·         La reestructuración cognitiva

·         El diálogo socrático

·         La contrastación científica de hipótesis

 El análisis lógico se utiliza para poner las expectativas en su sitio. Para modificar las suposiciones y los estándares se utiliza el diálogo socrático, en el que se pregunta y se evalúan las consecuencias de vivir con esos estándares, tales como “no se debe estar nunca enfadado con tu pareja”. Se enseña la habilidad de utilizar de forma constructiva la metacomunicación para editar los pensamientos y hacer que sea efectiva, modificando la forma en que se está hablando y evitar seguir por los caminos de la emoción que llevan a la escalada de violencia.

María Jesús Suárez Duque

Psicóloga y Educadora Social

Centro Beatriz. Apoyo Emocional, Educación e Integración social

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