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Psicóloga infantil María Jesús Suárez Duque PROBLEMAS DE CONDUCTA: ¿POR QUÉ ES NECESARIO INTERVENIR EN LOS PROBLEMAS DE CONDUCTA INFANTIL?

¿POR QUÉ ES NECESARIO INTERVENIR EN LOS PROBLEMAS DE CONDUCTA INFANTIL?

los problemas de comportamiento infantil son un hecho cotidiano, que está alcanzando cotas crecientes de interés y atención de nuestra sociedad. Las familias están cada vez más sensibilizadas acerca de los problemas de conducta de los niños, como:

Fracaso escolar
Comportamiento agresivo
Desobediencia
Problemas de alimentación
Problemas de aprendizaje...
Como dato adicional, es un hecho bien reconocido que los problemas de comportamiento perturbador en la adolescencia y en la juventud, así como las conductas agresivas y delictivas, se han incrementado notablemente en estos últimos años, provocando una gran preocupación social por cómo revertir esta tendencia.
El origen de estos graves desajustes puede encontrarse muchas veces en un desarrollo psicosocial deficiente, producto de unas pautas educativas desajustadas y una mayor disponibilidad y accesibilidad a modelos inadecuados. Estos factores promueven el mantenimiento e incremento de comportamientos disruptivos.
El comportamiento normal depende de la edad, personalidad y desarrollo físico y emocional del menor. En ciertos casos, el comportamiento puede ser considerado como un problema si no cumple las expectativas de la familia o si causa problemas de convivencia.
El comportamiento normal o adecuado socialmente está determinado por el punto de vista social y cultural y del desarrollo que se adopte siendo normal la aparición de brotes de comportamiento disruptivo en ciertas fases del desarrollo
Para conocer el comportamiento desajustado hay que conocer el desarrollo psicológico infantil. El punto de referencia de la normalidad es imprescindible para calificar una posible anormalidad y en el caso de los niños, ambos desarrollos (normal y anormal) establecen una intensa e intrincada relación, de tal forma que es difícil diferenciar cuando termina uno y cuando empieza el otro.
Las posibles anormalidades o desadaptaciones que se pueden encontrar en el comportamiento infantil suelen estar enraizadas en el comportamiento normal del niño, el cual pasa por la emisión de conductas interferentes y perturbadoras diversas y en distintas etapas del crecimiento que deben ser corregidos (reducidas, moldeadas o eliminadas) reforzando a su vez, el desarrollo de habilidades y comportamientos intelectuales, emocionales, sociales y personales que vayan favoreciendo la adaptación del niño al entorno.
Los niños nacen con diferencias constitucionales bien definidas (no son un papel en blanco) tanto en rasgos físicos como en temperamento, los cuales van a influir en su capacidad de adaptación al medio y en la relación que los demás establezcan con ellos.
La identificación precoz de trastornos leves de comportamiento, así como la aceptación de este hecho por parte de los padres, son cruciales a fin de elaborar un plan de acción para evitar futuros desajustes sociales que puedan conducir hasta la delincuencia.
En caso de niños que muestran comportamientos violentos desde la edad pre-escolar, los padres deben tomar medidas para reducir su frecuencia promoviendo comportamientos incompatibles o alternativos y aportando modelos de comportamiento no agresivos.
Optar por la falta de intervención es un error que llevará al mantenimiento e incremento de las conductas agresivas
Identificar que un comportamiento violento en el niño puede ser normal en ciertas fases del desarrollo no implica el no poner en marcha estrategias de control.
Los comportamientos disruptivos no suelen desaparecer si no se promueven las contingencias ambientales oportunas.
Referencia bibliográfica
Comeche, M. I., & Vallejo, M. (2012). Manual de Terapia de conducta en la infancia. Madrid: Dykinson-Psicología.



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