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Psicóloga María Jesús Suárez Duque IRA: ¿CUÁLES SON LOS FACTORES MODULADORES DE LA IRA?

 


La ira es una emoción universal pero no todas las personas reaccionan de la misma manera en situaciones de conflicto o cuando son expuestas a instigadores de esta emoción.



Factores moduladores de la ira:

·         Determinadas características de personalidad

·         El entorno sociocultural en el que se desenvuelve el individuo


Patrón de personalidad

a)    El carácter extrovertido resulta favorable, relacionado con menos sentimientos de ira que los introvertidos.

Las personas extrovertidas muestran un alto nivel de activación fisiológica y conductual, es decir, existe una clara discrepancia entre el componente experiencia de la emoción (sentimiento) y los correlatos fisiológicos y conductuales asociados a la misma. La negación o rechazo de experiencias negativas les permite preservar su estado de bienestar subjetivo.

b)   El neuroticismo (alta inestabilidad emocional) lleva a las personas a experimentar con frecuencia sentimientos de ira.

Los sujetos de alto neuroticismo informan de una acusada reactividad emocional que no tiene contrapartida a nivel fisiológico y conductual a diferencia de los extravertidos.

c)    La autoestima hace referencia a la percepción que tiene el individuo acerca de su propia valía.

La personalidad narcisista destaca, entre otras características, por su tendencia a la grandiosidad, a la autoimportancia y por ser extremadamente sensible a la evaluación de los demás.

Las personas que muestran elevada autoestima y alto narcisismo son más proclives a la cólera, y esto con independencia de que se vean expuestas o no a un instigador de esta emoción (es decir, en ellas la ira más que una reacción afectiva constituye un rasgo estable de personalidad). Por otra parte, sus autovaloraciones desmedidas a menudo provocan las críticas de los otros, generando situaciones de alta frustración que con frecuencia desembocan en episodios de ira intensa. Estas personas puntúan bajo en la “escala de control” del STAXI y alto en las “escalas de reacción a la provocación”. Esto sugiere que, como modo de protegerse contra la ofensa que representa la amenaza a su autoestima, tienden a encolerizarse fácilmente y, debido a sus dificultades de control, a manifestar su ira de forma abierta.

En contraposición las personas con alta autoestima y bajo narcisismo, presentan una menor predisposición a sentirse airados y a dar expresión a su ira. Quizá esto sea debido a que mantienen una visión mucho más realista de sus cualidades positivas, lo que les hace sentirse menos amenazados y frustrados por las valoraciones de los otros.

En cualquier caso, se puede decir que la autoestima alta, en función del grado de narcisismo asociado, puede vincularse con niveles altos o bajos de propensión y control de la ira.

Contexto sociocultural

La no contemplación de las normas sociales es castigada por el grupo con acciones que van desde el aislamiento al rechazo y al ostracismo social.

La ira está culturalmente sancionada, en todas las sociedades se acepta la expresión normalizada y constructiva de la ira, asociada incluso al éxito académico, profesional y social.

En las sociedades de carácter individualista (poco jerarquizadas, flexibles, donde se potencia la expresión de las emociones y la defensa asertiva de los propios intereses) la vivencia y manifestación de los sentimientos de ira es mayor que en aquellas otras de índole más colectivista (jerárquicas, de estructuras rígidas, donde el mantenimiento de la armonía grupal tiene prioridad sobre las cuestiones individuales). Además, en estas últimas las normas sociales fuerzan el autocontrol de la cólera en situaciones de conflicto, animando a sus miembros a inhibir o minimizar su expresión abierta. En cabio, las culturas individualistas favorecen el afrontamiento abierto del conflicto y se muestran menos críticas con el control de la ira en estas circunstancias.



Referencia bibliográfica

Fernández, E., García, B., Jiménez, M. P., Martín, M. D., & Domínguez, F. J. (2011). Psicología de la Emoción. Madrid: Universitaria Ramón Areces.



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