A) Evaluación afectiva de la situación
a) Novedad: La ira es una emoción que emerge en respuesta
a una contingencia o estímulo que se
plantea de forma súbita y sorprendente que está determinada por dos
factores:
1. El sujeto
tiene poco o nula experiencia con el instigador, por lo que no ha tenido tiempo
de habituarse o familiarizarse con él.
2. Tenemos
poca capacidad para anticipar la ocurrencia de este tipo de situaciones
generando indefensión ante ellos, es decir, son contingencias poco predecibles
y tenemos bajo nivel de control.
b) Agradabilidad: Su carácter frustrante, sorpresivo e incontrolable, hace que la situación tenga
connotaciones desagradables para la persona, que, en grado variable, se siente
trastornada, alineada, descompensada o “fuera de sí”.
B) Valoración de la situación
a) Significación: El suceso tiene gran trascendencia para
el individuo, supone una alteración de
su plan de acción y bloqueo en el acceso a metas esperadas. Su ocurrencia
es sorpresiva pero no tanto sus consecuencias. Al entrar el suceso en conflicto
con los proyectos personales, demanda una actuación urgente, para afrontar de
forma eficaz el suceso y las consecuencias.
b) Afrontamiento. La urgencia impuesta por el evento
instigador llevará al sujeto a valorar la posibilidad de afrontarlo donde identificará como causa o agente de la
situación a otra persona, a quién también atribuimos intencionalidad
(motivación); consideramos que su conducta fue premeditada y mal intencionada.
Ante estas situaciones emerge la ira sólo si como resultado de la valoración,
entendemos que:
·
podemos ejercer un grado de control alto
·
somos competentes para afrontarlos (poder y
capacidad)
·
podemos acomodarnos al nuevo estado de las
cosas (ajuste
Pero
se siente airado cuando se sabe dominador de la situación que se le ha
planteado. Sólo entonces la ira le permite encarar con energía la tarea
encomendada, unir medidas para llevarla a cabo y, si ello es posible, recuperar
su plan original (p.ej., trabajar viernes y sábado sin descanso e ir el domingo
a la playa) o en caso contrario, reducir la disonancia amoldándose a la nueva
situación (p.ej., trabajar durante el día y al anochecer, ir al cine, pasear;
considerar las molestias asociadas a un día de playa o el mal tiempo previsto
para el fin de semana)
c) Normas. La persona airada considera censurable la acción del agente a quién atribuye la autoría
del acontecimiento instigador de su estado emocional. No obstante, tanto las
actuaciones que ésta emprenda para afrontar la situación como la manifestación
explícita de su estado emocional, estarán moduladas por las normas sociales y
éticas al uso (p.ej., no mostrar conductas violentas, amenazar o gritar). Pero
también resultarán determinantes las normas de conducta propias de cada
individuo, así como la opinión y expectativas que otras personas significativas
para el sujeto puedan tener sobre su conducta.
Tabla 1Evaluación valorativa del estímulo en la emoción
de ira (Scherer, 1993)
Relevancia
del evento para la persona
|
Novedad
|
Alta sorpresividad
Baja familiaridad
Baja predictivilidad
|
Agrado intrínseco
|
abierto
|
|
Significado
del objeto
|
Conciencia de
relevancia: Orden
Probabilidad de
resultado: Muy alto
Expectación: Disonante
Tendencia: Obstruye
Urgencia: Alta
|
|
Potencial
de afrontamiento
|
Causa: Agente
Motivo: Intencional
Control: Alto
Potencia: Alto
Ajuste: Alto
|
|
Normas
de compatibilidad
|
Externa: Bajo
Interna: Bajo
|
Referencia
bibliográfica
Fernández, E., García, B., Jiménez, M. P., Martín, M.
D., & Domínguez, F. J. (2011). Psicología de la Emoción. Madrid:
Universitaria Ramón Areces.
Centro de
Psicología María Jesús Suárez Duque
C/ Tunte,6
Vecindario (Frente al Centro Comercial Atlántico, a la derecha de la oficina de
correos)
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